El dolor de cabeza es un problema al volante. Las cefaleas, migrañas y demás síntomas que se manifiestan en la forma de esos molestos dolores de cabeza pueden causar pérdida de la concentración y, en general, la disminución en las capacidades psicofísicas del conductor.
Para los conductores profesionales, las cefaleas son un verdadero problema precisamente porque es muy complicado justificarlas como una causa de baja laboral.
Por ejemplo, o simplemente es muy difícil poner el dolor de cabeza como motivo para variar en lo posible la jornada, evitando la conducción. En muchas ocasiones, sin embargo, el dolor de cabeza se puede evitar siguiendo unas pautas sencillas.
Diversos tipos de dolor de cabeza
cefaleas y migrañas
No todas las cefaleas son migrañas, y las migrañas no son cefaleas normales. Las migrañas son dolencias que se manifiestan de forma aguda y que pueden afectar a la visión y al oído, pueden provocar dolor, o no; pueden ir con aura, o no. Es difícil de concretar.
Algunas cefaleas, por otro lado, pueden estar provocadas por causas tan sencillas como mantener una mala postura tanto en el escritorio de trabajo, como en el coche. La higiene postural es clave para prevenir la mayoría de las cefaleas asociadas a la conducción.
¿Cómo influye una mala postura en el dolor de cabeza? Provocando tensiones en la zona lumbar y cervical, que evolucionan hacia el molesto dolor de cabeza. Sentarse correctamente al volante es fundamental, pero también lo es descansar lo suficiente durante la noche, para no acumular el cansancio.
Se sabe que entre el 10% y el 12% de la población sufre de migraña, una enfermedad que afecta a personas de edades comprendidas entre los 18 y los 55 años, así que no es poco frecuente conocer a una persona con ese problema. La medicación prescrita para tratar los síntomas puede no ser compatible con la conducción.
En general, podemos prevenir algunos dolores de cabeza manteniendo una buena postura en nuestro puesto de trabajo y manteniendo en forma la zona lumbar y del cuello.
Si sufrimos de migrañas, debemos pornernos en manos de un especialista, y si tomamos medicación debemos ser conscientes de los posibles efectos secundarios, y de cómo pueden afectar a la conducción. Ante cualquier duda debemos preguntar a nuestro médico.
Algunos remedios
Puedes conseguir los mejores medicamentos en una farmacia en linea, hay que diferenciar si se trata de dolores de cabeza puntuales, como las cefaleas de tensión, o diarios, es decir, producidos por la migraña.
Los especialistas afirman que no se deben tomar más de 10 analgésicos al mes, ya que “está demostrado que ese es el tiempo en el que el cerebro tarda en acostumbrarse a cualquier rutina que pueda producir un efecto.
Por lo que si se acostumbra, asociará el dolor a los analgésicos y los necesitará para desaparecer, lo que crea una suerte de dependencia. Antes de recurrir a los analgésicos, se pueden seguir una serie de pautas para aliviar el dolor de cabeza.
Darse una ducha de agua fría
Según la experta, ponerse bolsas gélidas en la cabeza o darse una ducha fría es un primer paso para aliviar el dolor de cabeza.
Tomar café
Uno de los efectos de la cafeína es la contracción de los vasos sanguíneos, por lo que mucha gente ha sentido alivio cuando se ha tomado un café. Sin embargo, la especialista advierte de que esto puede ser peligroso.
Ya que la cafeína es una sustancia adictiva, y si el cerebro asocia el consumo de café con la reducción del dolor, se creará una dependencia entre ambos factores.
Algunas personas que normalmente consumen grandes cantidades de café y que han tratado de reducir la dosis, han experimentado dolor de cabeza, irritabilidad y falta de concentración.
Ponerse en movimiento: Hay gente, afirma Pozo, “que frente al dolor de cabeza en estado de reposo, se ha puesto en movimiento o se han ido a caminar, lo que ha reducido o, incluso, eliminado sus síntomas”.
Consejos para prevenir el dolor de cabeza
Aunque la mayoría de los factores que causan dolor de cabeza no se puedan controlar, la prevención en otros aspectos sí que es posible. Un mal descanso continuado, así como dormir en exceso, también puede desencadenarlo.
La prevención pasa, según Pozo, por “seguir rutinas a nivel de horarios y sueño, hacer al menos cuatro comidas al día, realizar ejercicio aeróbico moderado y poner filtros si hay demasiada sensibilidad ante determinados estímulos, como la luz o el sonido”.