Hay ocasiones en las que tenemos un antojo muy grande de pizza. Nos encargamos de buscar promociones pizza en restaurantes de comida italiana como 2×1 o toda la pizza que puedas comer por cierto precio. A veces, estas promociones son tan atractivas, que no podemos evitar pedir de más.
Es por eso que en este blog vamos a darte algunas razones, algo graciosas, por las que puedes o deberías animarte a probar tus rebanadas sobrantes frías.
No tienes que esperar a que tu pizza se caliente
Cuando te tomas el tiempo de calentar la pizza y estás anhelando saborear tu rebanada, esperar a que se caliente y eres impaciente, es una tortura. Además que puedes calentarla tanto que aparte hará que esperes a que la temperatura baje un poco.
No te quemas
Siguiendo el punto anterior ¿Por qué tomar el riesgo de quemarte la boca? A veces, cuando la calentamos en el microondas o en un horno eléctrico, es muy común pasarnos con la temperatura. Y cuando el antojo es tan grande, le damos una mordida y nos quemamos.
Simula que engorda menos
Por alguna razón, la pizza fría no engorda tanto como cuando está caliente. Tal vez el estado endurecido hace que parezca que no hay mucho aceite o queso. (En realidad, todavía hay bastante aceite. Todo está empapado en el pan).
Dobla la rebanada de pizza sin escurrir queso
Una buena rebanada de pizza sabe deliciosa en cualquier forma. Sin embargo, hay personas que les gusta doblar por la mitad su rebanada para comerla más rápido. Cuando está caliente, el queso está derretido, la salsa caliente y suave, lo que tu rebanada se vuelve propensa a derramar todo.
Es fácil de preparar
Ahórrate el tiempo de elaborar una comida, sacar platos para calentar, etc. Comer pizza fría es muy fácil, solo la sacas de la caja o del refrigerador y ya está. Te evitas el estrés de tener que recoger todo después y te habrás alimentado.